Uno de los acontecimientos más importantes del calendario popular de Baleares son las fiestas de Sant Antoni, que se celebran los días 16 y 17 de enero, y con especial fuerza en Sa Pobla, Manacor, Artà, Pollença, Muro y Palma, en Mallorca, donde se venera a este santo desde 1230. También es el patrón del barrio palmesano de Son Ferriol y, desde 1981, de Ciutadella, en Menorca. En Ibiza, sólo se celebra en Sant Antoni de Portmany.
De hecho, hay dos Sant Antoni en el calendario, el del 17 de enero y el del 13 de junio, el de Padua. El primero se conoce como el Sant Antoni de los burros y el segundo, como el de los albaricoques. Pero aquí, en las Islas, siempre se ha celebrado en enero. Es una de las fiestas mágicas del calendario mallorquín, rememora las tentaciones que sufrió este santo en el desierto y conecta con los antiguos ritos de fertilidad.
Este santo está tan arraigado en el folclore mallorquín que en la mayoría de las familias había al menos un Antoni o Antonia. En este día, la gente prepara comida, dulces y bebidas e invita a familiares y amigos. Esta fiesta tiene su propia gastronomía, en la que la carne, los embutidos, las espinacas y los pasteles son los protagonistas.
Antes, cada pueblo celebraba su fiesta sólo con los vecinos del pueblo, pero hoy en día hay más movilidad y gente de distintas partes de la isla celebra Sant Antoni, invitada por amigos y conocidos. Los elementos más característicos de esta fiesta son los demonios, las hogueras, los beatos, los completos y las glosas.
LOS COMPLETOS
Las oraciones de Completas son la última oración que rezan los sacerdotes antes de acostarse. En esta oración se lee la vida de San Antonio y se cantan sus alegrías. En los años 70, pequeños grupos de personas acudían a misa para escuchar las Completas y lo hacían en un acto lleno de solemnidad. Hoy en día, la misa ha cambiado mucho, las iglesias se llenan de gente y las completas tienen un aspecto más festivo que litúrgico.
A principios de los años 80, el sacerdote Mateu Galmès de Artan recuperó las fiestas de Sant Antoni, en Manacor. En aquellos años, los niños de las escuelas de Manacor aprendieron las canciones tradicionales de la mano de este sacerdote, que posteriormente fueron recogidas en un libro.
FUEGO Y HOGUERAS
El fuego, el humo y la baba forman parte de estas festividades. Las hogueras representan la victoria de la luz sobre la oscuridad y el fuego forma parte de los rituales primitivos de adoración al sol. La tradición es que los bares, restaurantes y casas particulares monten sus propias hogueras y que los vecinos acudan a brindar por los chorizos, salchichas, chuletas y salchichones que se han hecho para la matanza.
En Sa Pobla, la tradición de las hogueras está muy arraigada y hay grupos que organizan la fiesta. También es tradición que los demonios reboten y den volteretas sobre el fuego.
En Manacor y Sa Pobla, al salir de completas, se encendía la primera hoguera y la fiesta duraba hasta el amanecer. Encima de las hogueras se colocaban figuras de San Antonio y otros personajes en diferentes situaciones.
GASTRONOMÍA
Las hogueras son uno de los elementos principales de esta fiesta, en la que nunca faltan embutidos para tostar, la mayoría de los cuales han sido elaborados para la matanza. Salchichas, chulles, botifarrons y lomo suelen ser los favoritos. En Sa Pobla son tradicionales las espinagades, tortas de verduras, sobre todo con col, carne o pescado (lomo o muselina) y suelen ser un poco picantes.
LOS BRILLANTES
Son uno de los elementos más conocidos de estas fiestas y forman parte del legado cultural popular de Mallorca. Las letras son anónimas y se han conservado por tradición oral. Ximbombers y glosadors participan en la fiesta y todos improvisan gloses con diferentes melodías. Las peleas de glosadores también son habituales y pueden durar hasta bien entrada la madrugada.
Las glosas recuerdan las hazañas del santo venerado, aunque las más logradas son las de carácter picante. Tampoco faltan las críticas sociales o políticas; alcaldes, rectores y políticos suelen ser los que más reciben. Reina la libertad y si sale una canción un poco ofensiva, la gente intenta no enfadarse y responder con otra glosa más conmovedora.
LOS DEMONIOS
Los demonios son los principales protagonistas de las verbenas de San Antonio y representan las tentaciones que mortifican a San Antonio. Son figuras que asustan a los niños y a veces van acompañados de graneros o palos para darles aún más miedo. En Manacor, el demonio grande y dos demonios pequeños bailan alrededor de Sant Antoni. Las danzas, acompañadas por los grupos de los xeremiers, duran todo el día y se prolongan hasta el amanecer. También hay maestros artesanos que se encargan de fabricar las zanahorias de los demonios, hechas con pulpa de papel y auténticos cuernos de animales.
LOS TRABAJADORES
Los trabajadores surgieron en todas las parroquias de Mallorca y una de sus misiones más importantes era mantener la devoción a un santo, como el de Sant Antoni, así como la organización de la fiesta. Antiguamente, en la época medieval, había diferentes trabajadores y cada uno tenía su propio cargo: el de luminaria, el de captes, el de bessiner, etc.
Los trabajadores han experimentado muchos cambios en los últimos 800 años. Uno de los más notables se produjo en 2012, en la oficina obrera de Sa Pobla, cuando se incorporaron las primeras mujeres trabajadoras. Hasta entonces, sólo había hombres trabajadores, una figura que se mantenía por tradición hereditaria.
LOS BENDITOS
San Antonio Abad es considerado el patrón de los animales de patas redondas (caballos, burros, asnos) y, según la leyenda, el santo curaba a los animales heridos. Por este motivo, es tradición que el 17 de enero el cura del pueblo salga a la calle y bendiga a los animales invocando la protección del santo. Inicialmente, para la fiesta de Sant Antoni, los bendecidos eran más importantes que las hogueras, pero con el tiempo las preferencias se han invertido un poco.
En Artà se celebra un desfile por la mañana en el que desfilan carrozas y se representan las tentaciones del santo. Este recorrido por el pueblo con los demonios se llama la capta. Parte del trabajador que lleva el trui y recoge el dinero de la gente que quiere donarlo. La multitud se reúne entonces en la plaza, junto con los demonios y los xeremiers, y allí se bendice a los animales. Al final del desfile, con los demonios fuera de la iglesia, se celebra el oficio solemne: el sermón, las oraciones al santo, la danza de la ofrenda y el canto de «Lo elogi». Tras el oficio, se canta el «Argumento», una glosa que repasa los acontecimientos ocurridos en el pueblo durante el año anterior.
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